Entendemos la FUERZA como «la capacidad de producir tensión que tiene el músculo al activarse» (Badillo y Gorostiaga 1995) Tenemos 3 tipos de contracciones, concéntrica, excéntrica e isométrica, que vienen determinadas por la resistencia que nos provocan a la hora de aplicar fuerza, siendo uno de nuestros principios de entrenamiento, tratar de generar sobrecargas excéntricas.
Realizamos entrenamientos de tipo funcional (entrenamiento de los factores neurales, en busca de una mejora de la actividad de las neuronas motoras), estructural (hipertrofia sarcomérica) y cognitivo. Bajo estas premisas entrenamos para conseguir una mayor activación neuromuscular, mejorar los valores de flexibilidad, coordinación y de Fuerza útil; valorando dichas mejoras en el tiempo.
Fuerza útil es aquella que soy capaz de aplicar o manifestar a la velocidad que se realiza el gesto deportivo. A medida que aumenta nuestro rendimiento deportivo, el tiempo disponible para aplicar la fuerza disminuye, es decir, aplicamos la máxima fuerza posible en el menor tiempo posible. Un ejemplo relacionado con la carrera, sería que somos capaces de aplicar más fuerza en cada apoyo, con lo cual aumentaría la fuerza propulsiva, podríamos reducir la cadencia y a su vez aumentar la velocidad de carrera con un menor esfuerzo.
